Rajoy espera que «la corrupción pase a ser historia en nuestro país»

La expectación que había suscitado la intervención de Mariano Rajoy ante la junta directiva nacional del PP, en abierto pero sin preguntas, no ha tenido reflejo en su intervención, que se ha prolongado durante 53 minutos. En plena tormenta sobre el escándalo Bárcenas, el presidente del Gobierno no ha hecho ni una sola alusión al extesorero aunque sí ha hablado de la corrupción. Ha reconocido que es un problema que preocupa a los ciudadanos «y con razón». Pese a la tormenta suscitada por la posible financiación irregular de su partido ha exclamado que se siente «orgulloso del PP». A su juicio, «toda corrupción es inaceptable, pero confía en que con las medidas puestas en marcha con la Ley de Transparencia «la corrupción se convierta en historia en nuestro país».

El líder del PP ha lamentado además los episodios de intimidación y violencia verbal que han padecido diputados del PP y sus familias. «La intimidación es algo que va contra la democracia y el único pecado de los diputados del PP es haber sido elegidos por la mayoría de los españoles y la mayoría no puede ser coaccionada por una minoría», ha asegurado.

En su intervención, el presidente del Gobierno ha insistido en que la economía crecerá en 2014 «con claridad» y se creará empleo en ese año «si se mantiene el actual nivel de esfuerzo». Los españoles notarán entonces, ha dicho, «resultados tangibles de los sacrificios que han hecho». Eso sí, «si mantenemos el ritmo, no nos distraemos y no hacemos casos de cantos de sirenas», ha remachado.

Rajoy, que ha dedicado a la economía la mayor parte de su intervención, ha enterrado los brotes verdes que han visto algunos de sus ministros en el último descenso del desempleo (5.000 personas). «Ni yo ni nadie en su sano juicio puede estar satisfecho de la situación del mercado laboral». El presidente del Gobierno ha añadido que «hasta que no se cree empleo nadie puede estar satisfecho». Dicho esto, ha defendido a capa y espada la reforma laboral y ha augurado que, en cuanto se den las condiciones económicas idóneas, se creará empleo, aunque no ha concretado una fecha, sino que ha vaticinado que «pronto» se creará empleo. Para ello, ha aseverado que seguirá adelante con las reformas estructurales.

El líder del PP ha confesado que España superó durante 2012 dos momentos muy críticos: «Una crisis financiera en abril y una crisis de deuda soberana, en julio». Dos meses en los que media Europa hablaba del rescate financiero de España.

Llamamiento a la unidad

Sobre la Reforma Local ha insistido que se hará «con el mayor consenso posible dentro del partido», lo que deja claro la guerra interna abierta por esta Ley a la que han presentado alegaciones la práctica totalidad de las comunidades autónomas y la Federación Española de Municipios y Provincias.

Sin citar a Cataluña, ha asegurado que el Gobierno seguirá ayudando a todas las comunidades autónomas para que puedan financiarse sin ayuda. «Seguiremos hablando con todos, con los de mi partido, pero también con los demás», ha destacado. Al hilo de esta reflexión ha añadido: «Mi disposiciónes plena para hablar y dialogar salvo de aquello que se salte la ley», en una clara alusión al pulso soberanista de CiU-ERC.