El objetivo es generar nuevas oportunidades para un sector más competitivo, que sea capaz de generar más empleo y riqueza en Castilla y León
Que el medio rural tiene un peso fundamental en la estructura territorial y económica de Castilla y León es indiscutible.
Que el sector agrario y agroalimentario disfruta una pujanza actual y futura creciente, también es una realidad contrastable a partir de los datos: 11% del PIB regional, 100.000 empleos, 27% de la cifra de negocio del sector industrial regional y más de 10.000 millones de facturación.
A partir de la Ley Agraria aprobada hace casi un año, la Estrategia Futura Alimenta y el Programa de Desarrollo Rural, desde el Gobierno Regional se ha preparado la Estrategia Agrohorizonte 2020, identificando siete sectores en los que Castilla y León es referente nacional. Su objetivo es generar nuevas oportunidades para un sector más competitivo, que sea capaz de generar más crecimiento, más empleo y más riqueza en Castilla y León.
Uno de los sectores que se ha abordado estos días atrás ha sido el de la patata, en el que Castilla y León tiene los mejores rendimientos del conjunto de España, un 40% de la producción nacional total y un 28% de superficie cultivada nacional. Burgos es la cuarta provincia en producción y la tercera en superficie cultivada.
Esta campaña no ha sido buena para este cultivo, de hecho ha sido bastante mala, debido fundamentalmente a una situación de sobreoferta en Europa, lo que irremediablemente ha generado una caída relevante en los precios. Sin embargo hay un dato clave que debe llevar a la reflexión: España importa del orden de 650.000 Tn al año, y eso es un nicho de oportunidad que nuestros productores deben aprovechar ¿Y por qué no ir más allá, y pensar no solo en el autoabastecimiento, sino también en la exportación?
El camino ha empezado a trazarse, el Gobierno Regional lo está dibujando, pero solo la implicación y voluntad del sector conseguirá el resultado esperado, que no es otro que producir más patata, de mejor calidad y colocarla en el mercado. No es necesario inventarse nada, basta con mirar otros modelos de éxito como por ejemplo el francés, que lleva trabajando desde una Interprofesional hace casi 40 años.
La implantación de la interprofesional puede y debe ser el medio para llegar a ese fin que antes planteaba: una interprofesional representativa, que cuente con el 51% de la producción, de la transformación y de la comercialización, una interprofesional que se marque como objetivo ser una sola voz en el sector, que asegure que toda la “trazabilidad” de la cadena es rentable, segura y produce con calidad para un mercado que lo demanda.
CRISTINA AYALA SANTAMARÍA es Procuradora del Partido Popular en las Cortes de Castilla y León