Mal haríamos si no reconocemos que estamos mejor que hace unos años y que aquellos que piensan que con los de antes estaríamos mejor, lo dicen sólo y exclusivamente para tapar sus conciencias negras como el hollín
Con la Epifanía del Señor concluyeron las navidades. ¿Y ahora que? Ahora a mirar hacia el futuro, porque sí, queridos lectores, ahora viene un año crucial donde las citas electorales van a marcar muchas de las hojas del calendario recién colgado en nuestras casas u oficinas.
En nada como el que dice llegarán los comicios municipales y autonómicos, y un poco más tarde, las elecciones generales. Me atrevo a pronosticar – y no soy amigo de estas cosas – que van a ser éstas, unas elecciones trascendentales para el futuro de Soria, de Castilla y León y de España.
Tras la vorágine vivida este otoño y en donde corrupción o preferentes han hecho sombra a la innegable recuperación económica, se avecina una primavera en donde confianza, credibilidad y esperanza deberían de ganarse un puesto en la mente de los ciudadanos.
CONFIANZA, porque hay que tenerla en que pese a las olas y los maremotos, este buque llamado España navega de la mano del Gobierno del Partido Popular hacia buen puerto.
CREDIBILIDAD, porque no es justo que cuatro sinvergüenzas roben también la honradez de la inmensa mayoría de los políticos.
ESPERANZA, porque lo mejor aún está por llegar.
No podemos negar que todavía queda mucho por hacer; tampoco que aún existen personas y familias en situaciones muy complicadas. Pero mal haríamos si no reconocemos que estamos mejor que hace unos años y que aquellos que piensan que con los de antes estaríamos mejor, lo dicen sólo y exclusivamente para tapar sus conciencias negras como el hollín.
No es momento por tanto de triunfalismos, pero tampoco debemos permitir que los mismos que negaron la crisis, se conviertan ahora en altavoces para negar la lenta pero firme recuperación de un Estado que se sostenía con unos pilares que se tambaleaban.
Al año nuevo se le piden muchas cosas. Pidamos en este que la gente sea objetiva con pasado y presente, y que pese a los nuevos cantos se sirena – y que no son sino ruidos de buitres al acecho – continuemos por la senda adecuada, para que España vuelva a caminar cuanto antes por la senda que nunca debió de haber abandonado.
IGNACIO SORIA ALDAVERO es Procurador del Partido Popular en las Cortes de Castilla y León