Confianza

La confianza parece haberse convertido en el término mágico e imprescindible que todo lo puede para salir de la situación económica en la que nos encontramos. Probablemente sólo con confianza no saldremos, pero sin ella es seguro que tampoco.

El Presidente del Gobierno de España, sin duda el más insolvente de nuestra democracia, piensa que la confianza y más en términos económicos es algo espurio o etéreo, que se consigue con una simple declaración al levantarte por la mañana. No dándose cuenta de que la confianza se asienta en hechos, en cumplimientos y en el rigor que da coherencia a las palabras.
Algunos ejemplos de estos últimos días son esclarecedores sobre lo que digo.

El pasado martes el Ibex-35 se desplomaba estrepitosamente cayendo un -5,4% (a pesar o tal vez por las declaraciones del Presidente) y el diferencial con el bono alemán alcanzó el máximo histórico de los 130 puntos básicos. Y esto tiene causas y consecuencias.

Volviendo a la confianza y a la credibilidad unidas a los hechos.

El Gobierno de España anuncia una medida de supuesta austeridad, maquillaje en realidad, de ahorro de 16 millones de euros en altos cargos.

Simultáneamente conocemos que solamente en el primer trimestre del año la desviación presupuestaria del gobierno en materia de personal ha sido de 231 millones de euros.

¿Esto es generar confianza o alarma?

El Delegado del Gobierno en Castilla y León dice que ahorrará 340.000 euros en tinta y papel.

La insolvencia del Gobierno de España y su irresponsabilidad le costarán a Castilla y León, solamente como consecuencia de los famosos 130 puntos básicos antes mencionados casi 17 millones de euros adicionales en la próxima colocación de deuda.

Pero además Castilla y León ha hecho un encomiable esfuerzo de austeridad y rigor ya en sus presupuestos, no sólo por la bajada si no endeudándonos por debajo del límite autorizado.

Por ello si bien es cierta la necesidad de que todas las administraciones hagamos un esfuerzo de ajuste, no sería justo que todas tengamos que hacerlo por igual.

Y yo me pregunto: ¿El líder de fin de semana y madrugador ocasional estará de acuerdo?

Reconozco que por los hechos no tengo mucha confianza; pero entonces tendré que llegar a la misma conclusión que hace unos días llegaba un internauta: “más que puro cambio, yo cambio puro por líder sensato”. Cuestión de confianza.

Juan José Sanz Vitorio
Viceportavoz Grupo Parlamentario Popular