La ciudad sin plazos

A punto de cumplir siete años en el sillón de la Alcaldía del Ayuntamiento de Segovia, Pedro Arahuetes sabe que necesita acabar con el tiempo. Nuestro regidor, que se autodefine como ‘socialista-progresista’, vive en un universo político en el que los plazos de ejecución de las cosas públicas se estiran sin límite.

Ha encontrado un latiguillo con el que pretende hipnotizar a la ciudadanía: «Lo importante es que se haga». Al mandamás del grupo socialista en el Ayuntamiento de Segovia no le importa el plazo que se establezca en contratos o compromisos, sino que se ejecute lo que sea. Incluso le importa poco cómo se ejecute. Ya se corregirá lo mal hecho. Dan lo mismo el tiempo y el dinero que cueste. El tiempo y el dinero que se derrochen son de la ciudadanía. De Segovia.

Por eso es igual lo que este sucediendo con el teatro Cervantes, una infraestructura cultural que acumula retardos continuamente. Por eso, a quién le importa cómo vayan las obras de la Casa de la Moneda y qué nuevos plazos de finalización se establezcan. Da lo mismo. Pedro Arahuetes dijo en el 2008 que los trabajos en el aparcamiento del Salón empezarían en enero del 2009. Las excavadoras iban a entrar en el Velódromo en el 2007.

El aparcamiento de Padre Claret se inauguró con 18 meses de demora, eso si, un día de San Pedro. El PGOU se aprobó con unos retrasos preocupantes e incompleto. El Plan Especial de las Areas Históricos, el verdadero PGOU de la mayor parte de la ciudad, sigue en proceso y devorando tiempo. Los bolardos de la Plaza Mayor, que constituyeron una de las grandes contribuciones de Pedro Arahuetes a la movilidad en Segovia, ¿dónde están? ¿Cuándo han funcionado? ¿En qué momento se van a sustituir por qué sistema?

Los plazos, ¿a quién le preocupan? Pedro Arahuetes trata con este latiguillo de situarse más allá de la responsabilidad. Desea un visado de irresponsabilidad en su isla de prosperidad y progreso en la que el desempleo ha crecido un 127% desde el 2006. ¿A quién le importan los plazos y los compromisos?

Le importan a la ciudadanía. A quien lee estas letras. A quien si que le vencen los plazos a fin de mes. Si usted pone el ticket de la ORA y se pasa del plazo no hay quien pare esa multa. Si no paga sus impuestos municipales en plazo, le volverán a llegar, con recargo y amenaza de embargo. Tres cuartos de lo mismo le espera si no abona en plazo sus tasas. Si Pedro Arahuetes le aplicase a usted lo que pide para sí mismo, ¿por qué no iba a pagar usted la ORA dentro de unos años y sin recargo?

El tiempo, los plazos, forman parte de las dimensiones básicas para calificar cualquier acción. Pedro Arahuetes no quiere saber nada de plazos. No soporta que le califiquen. Tiene miedo a que le evalúen. Trata de huir de la responsabilidad. Es importante que la Casa de la Moneda se rehabilite, pero lo fundamental es que se rehabilite en un plazo y con un presupuesto determinados. Lo mismo se puede decir del teatro Cervantes y de otros tantos asuntos públicos. Eso es lo fundamental. Lo otro es un intento de escapar del control de la ciudadanía. Pedro Arahuetes lleva casi siete años al frente del Ayuntamiento. Ni puede alegar que no ha tenido tiempo para ejecutar su proyecto, ni tratar de hacer olvidar a la ciudadanía que el tiempo es parte esencial y determinante del cumplimiento de cualquier objetivo. Cuando se estiran los plazos se está malgastando el tiempo y los recursos de Segovia. Otras ciudades con gestores a los que el tiempo y los plazos sí les importan cumplirán objetivos antes y seguiremos cediendo terreno, perdiendo población y contrayéndonos.

Pedro Arahuetes no debe olvidar que su ticket de la ORA también corre. Es importante para Segovia que lo tenga en cuenta.

Beatriz Escudero
Portavoz del  PP en el Ayuntamiento de Segovia