El sistema de atención a la dependencia de Castilla y León revalida su liderazgo en España

 El informe, que elabora la Asociación de Directores y Gerentes en Servicios Sociales, destaca la gestión del gobierno de Juan Vicente Herrera

El Sistema de Atención a la Dependencia de Castilla y León se convierte en el primero de España en conseguir una puntuación de 10 y lograr la mejor valoración del conjunto de comunidades. El XIV Dictamen del Observatorio de la Dependencia que elabora la Asociación de Directores y Gerentes en Servicios Sociales destaca, de esta manera, el trabajo de la Junta en la gestión de la dependencia que consiguió su primer sobresaliente en diciembre de 2011, una nota que había mantenido hasta el anterior informe de junio de 2014.

Tras Castilla y León, aparece País Vasco (con un 7,5) y Andalucía (7,1) que es la comunidad donde más aumenta la puntuación respecto al último análisis. Más alejados pero también aprobando aparecen Extremadura (6,7) y La Rioja (6,3) mientras que hay tres regiones (Navarra, Asturias y Castilla-La Mancha) que logran un cinco. Por el contrario, suspenden el resto. La Comunidad Valenciana y Canarias obtienen el peor registro del país con un 1,7 cada una. La media nacional, según el citado estudio, también suspende, con un 4,79.

La consejera de Familia e Igualdad de Oportunidades, Milagros Marcos, remarcó que “La valoración tiene que ser positiva por lo que supone la garantía del reconocimiento de los profesionales de los servicios sociales hacia el trabajo de gestión y de valoración del sistema de dependencia de Castilla y León”.

Según señaló esta buena valoración no es óbice para continuar haciendo un esfuerzo para seguir mejorando en la atención a las personas dependientes. Así, explicó que el hecho de que el 100 por 100 de las personas que tienen reconocido el derecho en la Comunidad reciban prestación es fruto del “compromiso” del modelo de la Comunidad, que está coordinado con las corporaciones locales y con el tercer sector y que es, continuó, un modelo de gestión integrado dentro de los servicios sociales que se ajusta perfectamente entre las necesidades de las personas y los servicios que pueden recibir y que, además, ha priorizado siempre los cuidados profesionales sobre las meras ayudas familiares aún siendo más costosas.

Este modelo, dijo, deriva en un mayor empleo en el ámbito de la dependencia, pero contribuye también a la agilidad en la gestión. Para poder avanzar en esto, aseveró, la gran clave es la garantía de compromiso por parte de la Junta para que haya financiación suficiente en el sistema de modo que todas aquellas personas que tengan derecho a la prestación la puedan recibir en cuantía suficiente como para poder hacer frente a los gastos que le puedan suponer recibir servicios.

Por lo tanto estos buenos resultados son fruto de la garantía de financiación de la Junta, que se ocupa del 80 por ciento del gasto, frente al 20 del Gobierno, y de un modelo de gestión que permite ajustar las necesidades a las ayudas que reciben los usuarios y con una importante apuesta por lo profesional.